Ademaro Lecter

Se parece bastante a Hannibal Lecter, pero no es tan inteligente como él (su hermano es, después de todo, un niño prodigio), sin embargo su locura es mucho más palpable. Es una persona que siempre está sonriendo, pero que nunca se considerará alegre. Enigmático, presumido, egocéntrico y también impulsivo, suele seguir al dedillo su instinto animal. Es un pícaro, un desconfiado y en muchas ocasiones le gusta ejercer control absoluto sobre los demás. No le importa ser un vampiro violento y posesivo; le encanta ser un provocador innato. Es muy directo, a veces frío, otras gracioso. Es un vampiro con una personalidad fuertemente marcada, pero muy versátil en cuanto a su actitud, ya que dependerá mucho de cómo se le trate. Podría decirse que, depende de cómo le caigas, te mostrará una faceta u otra y buscará siempre su propio beneficio. Cabe a destacar también que le encanta muchísimo ser el centro de atención, se anima a aventurarse a cualquier plan que hay y le encanta hacer de anfitrión.

Es una persona que se crió en una casa de ricos y que siempre ha satisfecho sus caprichos, por lo que sí, piensa que está por encima de los demás y considera a todo ser humano más que un suculento alimento para sobrevivir, los considera un juguete con el que poder hacer lo que quiera hasta el punto de volverles locos antes de chuparles la sangre. Carece de sentimientos de culpa con cualquier tipo de ente, excepto si mismo. Es decir, por poner un ejemplo, no se arrepiente de hacer daño a otra persona, pero sí se arrepentirá si alguna de sus decisiones o acciones no le benefician de alguna manera en cualquier contexto. Si esto diera lugar, tiende a castigar su cuerpo físicamente.

Al contrario que su hermano, siempre, siempre dice la verdad y de la forma más directa posible, sin importarle lo que piensen los demás. Le gusta bastante hacer comentarios sarcásticos e hirientes. Por un lado, fue el bicho raro en gustos de la familia, pero por otro lado, es muy comprometido con las tradiciones familiares. No cree en el amor, pero sí en el buen sexo (de hecho, es masoquista y le encanta sentirse dominado en la cama) Tranquilo, creído y vacilón, no deja escapar ninguna oportunidad que se le presente.

Ademaro es el hermano mayor de Hannibal e hijo primero de un importante conde de la época. Nació en la tardía Inglaterra del siglo XVIII, y al contrario que su hermano, nació en el núcleo del hogar familiar, situada en el hermoso Distrito de los Lagos al norte del país, seis años antes que él. A pesar de proceder de una familia adinerada, la estirpe de los Lecter siempre fue cuestionada, ya que se rumoreaba entre los pueblerinos del condado que todas las generaciones formaban parte de una secta en la que se dedicaban a investigar todo lo relacionado con el ocultismo y lo paranormal. Y como Ademaro era el heredero directo del Conde Lecter, aceptó obediente y con entusiasmo las tradiciones sectarias de la familia desde una edad muy temprana, llegando a participar incluso en varios rituales y superando con éxito una ceremonia de iniciación.

Fue el ojito derecho de sus padres hasta que nació su hermano, por lo que recibió la llegada de éste con recelo. Sin embargo, al ser Hannibal un hijo bastardo, la condesa de la casa trató con mucho más cariño y amor a Ademaro, convirtiéndole en el favorito por excelencia. Aún así, Ademaro siempre fue un niño peculiar, con gustos un tanto ambiguos y violentos (llegando a mostrarse muy hostil y a veces sanguinario con los animales), aunque se cree que su comportamiento se origina a raíz de toda la parafernalia sectaria que infundían los Lecter en el seno de la familia.

La relación con su hermano pequeño era bastante compleja y se podría definir como una relación de amor-odio. Por un lado, instintivamente, Ademaro tenía la necesidad de cuidar y proteger a Hannibal, pero al mismo tiempo le parecía placentero acosarle y torturarle. Esto último era debido a que no entendía por qué su hermano no tenía la necesidad de aceptar, participar y conmemorar las tradiciones oscuras de la familia, del mismo modo que tampoco entendía cómo podía rebelarse tanto en contra de su madre. Así pues, la relación entre los dos se convirtió en pura toxicidad, lleno de celos, rivalidad y competencia. El ambiente entre ambos siempre estaba tenso, aún así jamás conseguían superarse el uno al otro. Siempre estaban al mismo nivel. Cuando Ademaro descubrió el trauma que su madre le había causado a su hermano pequeño decidió volcarse con él y apoyarle de un modo malicioso hasta influenciarle en el carácter. Había conseguido terminar de trastornar a Hannibal y ahora era él quien devolvía el acoso, la tortura y la falta de respeto a su hermano mayor.

Tras ingresar a Hannibal en un internado situado en la frontera con Escocia, Ademaro tomó total control de la familia. Se dedicó a estudiar varias carreras a la vez, ya que tenía bastante facilidad, y a entrenarse físicamente. Así pues, empezó a adoptar poco a poco una actitud de libre albedrío y una moral hedonista, que a su padre no le gustaba lo más mínimo. La situación empeoró tantísimo que llegó un punto en el que el Conde Lecter amenazaba a Ademaro con desheredarlo. Y como no podía ser de otra manera, Ademaro desafió a su padre con terribles consecuencias que hirieron su orgullo: finalmente Hannibal heredaría toda la fortuna y propiedades de los Lecter a pesar de ser el hermano menor (porque tenía la esperanza que, al volver del internado, tuviera la mente reformada y con los pies en la tierra). Así pues, un profundo odio se apoderó del joven y juró destruir a su hermano para que eso no sucediera.

El rechazo por parte de su padre fue grande, por lo que Ademaro le prometió que le demostraría que podría ser un primogénito digno. Se fue de casa durante dos años y medio y viajó casi por toda Europa para expandir su nombre y reputación y conseguir así influencias que favorecieran a la familia. O al menos eso era lo que hacía por el día, porque al caer la noche él volvía a honrar las leyes hedonistas del libre albedrío. A pesar de todo lo que eso conllevaba, también le satisfacían otras cosas como el teatro y el casino. Pero no todo iba a estar a favor del mayor de los Lecter. En Italia, en mitad de una obra teatral, conoció a una pareja poliamorosa que mostró interés en él y con la que mantuvo una relación meramente física de tres durante poco tiempo. Una pareja poco convencional que compartían extrañamente los mismos valores con Ademaro.

Al regresar a la mansión de los Lecter tras conseguir sus objetivos, le presentó a sus padres a la nueva pareja que tanto le estaba influenciando en su nueva vida independiente y entonces se desató la tragedia. Aquella joven pareja usó a Ademaro para llegar al corazón de la familia y destruirla por mero placer. Ademaro se había dejado engatusar por una pareja de vampiros a los que le atraían las personas adineradas para jugar con ellas y hacer uso de su fortuna. Así pues, aquel dúo vampírico torturó, se alimentó y descuartizó a los padres de Ademaro y a cualquier otro miembro de la familia o sirviente, convirtiendo finalmente a Ademaro (el cual había presenciado toda la carnicería), en un ser de la noche con la intención de que se unieran a su juego durante toda la eternidad.

Cinco años después de aquello, su hermano le encontró y tuvieron un reencuentro bastante agridulce. Hannibal descubrió que Ademaro era un vampiro, sí, pero de igual manera Ademaro se había dado cuenta de que Hannibal también se había convertido en un monstruo, por lo que le ofreció la posibilidad de transformarse también es un ser inmortal. Hannibal, entre regañadientes, se vio tentado a aceptar, no sin antes dejarle claro cuáles eran sus intenciones. De esta manera Ademaro compartió con él todo lo que había aprendido en los últimos años sobre su nueva existencia como ser de la noche y sobre los cambios que conllevaría. Tras una fuerte confrontación entre ambos, y desobedeciendo la voluntad final de Hannibal, el mayor de los Lecter le transformó en vampiro.

Después de aquello, ambos hermanos estuvieron un siglo sin hablarse, sin tener ningún tipo de contacto. Ademaro continúo por su cuenta con su estilo de vida adaptada especialmente a la noche y al vampirismo, comprometiéndose encarecidamente y de un modo apasional con su nueva familia y compañeros vampiros. Finalmente, después de unos largos años con la pareja que lo había convertido en vampiro, decidió traicionarles y abandonarles para ir a Japón y cambiar de aires. Actualmente se encuentra ejerciendo de vigilante en el reformatorio Watari donde, para su desgracia o fortuna, se ha reencontrado con su querido hermano pequeño…

Ademaro es un vampiro bastante coqueto al que le gusta cuidar su imagen. Tiene el pelo largo y de color gris. El flequillo también lo suele llevar bastante largo, y en ocasiones, le puede llegar a molestar. Es por eso que lleva consigo clips y horquillas para poder apartárselo. También le gusta hacerse alguna que otra trenza en el cabello. Tiene los ojos de color turquesa, excepto cuando se encuentra en pleno éxtasis o está muy enfurecido, que le cambian de color a burdeos. Aún así, también es aficionado a llevar lentillas de colores a pesar de no necesitarlas. Sus colores favoritos para las lentillas son el gris y el dorado.

Su tez es pálida y siempre mostrará una amplia sonrisa maliciosa en su rostro. Lleva varios pendientes en ambas orejas. Por otro lado, cabe a destacar que tiene una gran cicatriz que le atraviesa toda la cara, la cual se la hizo su propio hermano pequeño en una fuerte confrontación. Posee a su vez otras cicatrices por todo el cuerpo (muchas de ellas ocultas, excepto la del cuello que está bastante pronunciada), son autolesiones a modo de castigo cuando no consigue tomar las decisiones o acciones adecuadas a su favor. Tiene además una complexión fuerte y un cuerpo desarrollado que suele entrenar a menudo. Es alto, mide 190cm y calza un 46. Tiende a dejarse las uñas largas, las cuales saca provecho en combate.