| XAYAH, THE REBEL |

por **Xayah** Mar 30 Oct 2018 - 10:25

| BÁSICO

| DESC. FÍSICA

Mide aproximadamente 1’70, centímetro arriba, centímetro abajo, y pesará unos 60 kg. Tiene una figura esbelta y aunque no tenga un gran pecho (el suficiente, intermedio), su trasero es prominente y bonito de ver, con unas piernas largas y bien formadas, resultado de una chica que jamás ha dejado de moverse por todos lados.
Irónicamente, aunque su pecho no destaque, es su zona más sensible… pero, claro, ¿cómo saberlo a primera vista?

Si piensas que una chica no tiene fuerza, Xayah puede demostrarte de un puñetazo que estás equivocado, aunque donde más fuerza tiene es en las piernas: teme sus patadas.
De cabello rojizo intenso y cejas pobladas del mismo tono. Lo tiene cortado a capas con un flequillo demasiado largo que parece cubrir siempre uno de sus ojos. Comúnmente recogido en una coleta, le llega hasta la mitad del pecho.

Nariz pequeña, pero dos atributos destacan de su rostro:
Sus ojos, de un tono miel que a la luz natural parecen brillar con luz dorada y sus labios, carnosos, brillantes, suaves simplemente a la vista, hasta deseables.
Ha dejado atrás el escoger sus propias vestimentas, pero solía utilizar siempre ropa oscura y sudaderas: aún dentro del reformatorio mantiene una, la que llevaba antes de internar y cambiarse de atuendo.

Tiene fuerza y agilidad como características físicas, pero a cambio su resistencia es poca.

| DESC. PSICOLÓGICA

Cierra los ojos e imagina al típico adolescente “edgy”, con un toque “emo”: Esa es Xayah, viviendo en un mundo que no la comprende, siendo diferente al resto, etc, etc. Cualquiera diría que está imitando a Batman siempre, o algo.

Dejando a un lado su rollo “darks”, Xayah es una joven astuta con capacidad para conseguir lo que se propone. Lista, piensa en qué decir y hacer.
Siempre con un aura solitaria y misteriosa a su alrededor, no es muy habladora y menos fanática de ser amigable… pero sabe fingir.
Su objetivo es ser libre cuando su estancia termine, por lo que se comportará todo lo bien que le sea necesario: mentirá, será falsa y puede, ¡PUEDE! Que hasta sonría alguna vez. “…Ew”

Es difícil ganarse su confianza, pero tiene sentido de la justicia y no puede resistirse a echar un cable cuando alguien lo necesita.
Aprecia el silencio y la tranquilidad, no es de las que ocuparán el centro de la pista de baile en una fiesta: Es de las que se queda en la esquina… de su casa… sin moverse del sofá. No empieza una conversación y, según la coja, hasta las rehuye.

Xayah es de esas personas que guardan sus sentimientos para sí y la tristeza es uno de esos sentimientos. No habla de sus preocupaciones, porque eso la haría débil.
Contrario a esto, su furia sale a la luz sin ningún tipo de filtro con amenazas o peor, golpes. Es violenta y, peor aún, vengativa. No olvida, y es de hecho en la venganza donde encuentra diversión.

Vive en constante tensión y hace años que no se relaja, hace años que no llora delante de nadie… Se ha cerrado en sí misma por su propia seguridad.
El amor es un tema que le da igual.

Tiene conocimientos básicos sobre pelear, sobre forzar cerraduras y esas cosillas que uno aprende viviendo en los barrios bajos.

| HISTORIA

“Xayah Fleer, procederé a leerle de nuevo los crímenes de los que se la ha considerado culpable: Intento de homicidio y allanamiento de morada... Serás enviada a un reformatorio fuera del país para protección de la víctima, en Japón, y una vez se cumpla la condena se revisará tu caso y se decidirá si se te pone en libertad o se te envía a la cárcel.” El hombre, un oficial entrado ya en años, suspiró. ¿Qué hacía allí una chiquilla tan joven? Tenía toda la vida por delante. Cada vez que se sentaba allí con un joven descarriado significaba que toda la comunidad había fallado en llevar por el buen camino a uno de sus miembros. “¿Por qué lo hiciste?...”

Desde que había entrado allí, la pelirroja habló por primera vez.
“Esta es mi historia…” Con un alemán cerrado, relató.
“Nací en los suburbios, mi madre era una prostituta alcohólica con mala suerte por sus creencias… que la impedían abortar. Le habría ido mejor prescindiendo de nosotros, la verdad. Somos 3 hermanos, yo soy la mediana.
Nuestro padre era cualquiera que en ese momento se hubiera apegado a mi madre, pero ninguno duraba mucho.
Y yo, bueno… Me junté con malas compañías. No había mucho más que hacer por ahí, no es fácil. No es como en las películas. Si no tienes a nadie que te lleve por el buen camino, no te encaminas solo.
Creo que empecé a los 13 en una banda cualquiera. Le parecía guapa a uno de los mayores, y por eso me aceptaron. Hacíamos tonterías, robábamos en tiendas de mierda, hacíamos pintadas que a nadie le importaban y nos quejábamos de la policía como si fueran nuestro mayor enemigo. No iba a clase demasiado, pero cuando iba, era la pesadilla de los que estaban allí. Era una bully.
…Pero mi madre no sabía nada de eso. Era una buena época, se había juntado con un hombre decente y estaba dejando el alcohol.
Me pillaron un par de veces robando o haciendo el cabra, y su cara de decepción hizo que pareciese que había sido una buena mujer toda su vida. No me malinterprete, es mi madre y la quiero.”
“Pero…”
Xayah continuó.

“Un día un hombre apareció, un tío trajeado y limpio, un tío del gobierno. Prometió hacer que nuestra vida cambiase como parte de un proyecto de integración social o algo por el estilo. Era un ricachón con tiempo libre y quizás demasiado dinero como para estafar al estado. Parecía conocer al novio de mi madre.
Nos sacó de aquel barrio de mierda y nos fuimos a una casita en las afueras, una “donación” del trajeado. Nos dio dinero, empezamos a prosperar…
Venía mucho, aquel tipo.
No sé bien si quería follarse a mi madre o a mí, pero era incómodo. No me fiaba de él, ¿por qué nosotros, por qué nuestra familia?
Aquí se torció todo…
Cuando eres adolescente, la presión de grupo te puede. Y mi panda me echaba en cara que ya no fuese como antes, y la cagué.
Queríamos atracar una gasolinera de mierda, pero salió mal. Muy mal, terriblemente mal.
Había una mujer entrada en años allí… y le dio un infarto.
Me pillaron solo a mí, porque no fui capaz de irme. La ambulancia se la llevó, pero yo sabía que si la mujer moría, me empapelarían hasta el cuello.
No volví a ver a mi “fiel” pandilla, y creo que fue la primera decepción de adolescente que tuve, ya sabe, cuando descubres que esos amigos que creías que serían para toda la vida solo eran un montón de capullos sin cerebro.
Mientras esperaba en el calabozo, quien apareció no fue mi madre si no el trajeado, Röhm.
Me habló sobre la suerte que había tenido de encontrarme, sobre lo decepcionados que estarían mis padres… y sobre lo amable que sería al sacarme de allí sin ningún cargo y sin que nadie se enterase.
Estaba nerviosa, no sabía qué hacer, era mi única opción y él la aprovechó.
No me violó… al menos no hasta el final. Hizo que nos enrolláramos. Yo creía que era el sacrificio que tenía que hacer a cambio de no cagarla, que va a saber una cría. Fue asqueroso.
Pero mientras tanto, ah…
Nada fue bien.
El dinero no nos ayudó. Mi madre volvió al alcohol, y mi “padre” se dio al juego, no era novedad. A fin de cuentas si estás saliendo con una ex prostituta es que nunca fuiste trigo limpio.
El dinero empezaba a acabarse, pero los vicios solo aumentaban.
El novio de mi madre sugirió pedir un préstamo, ¿qué podría salir mal? Eran amigos, decía. Ya nos había ayudado una vez, así que no pasaría nada por pedir otro pequeño favor, decía.
Las deudas fueron aumentando sin que nadie más que mis padres fueran conscientes de ellos…

Fue una noche trágica aquella en la que mi familia estuvo al completo por última vez.

No voy a entrar en detalles, pero él quería su dinero y no teníamos. El cerdo del novio de mi madre insinuó que me follase como pago temporal, y él parecía más que complacido con la idea.
Mi madre se interpuso. Gritó, encolerizó.
Los guardaespaldas le dieron una paliza, y jamás había visto una tan brutal.

Lo más triste fue ver como el novio salía por patas y nadie lo detenía. Sí que tenía razón, sí que eran amigos.
Se marcharon dejando a mi madre en parálisis cerebral.
A mí y a mis hermanos nos enviaron a un hogar social… del que yo me escapé.

Tenía poco tiempo, pero tenía que hacerlo. Saqué partido de lo que había aprendido en las calles para colarme en su puta casa. Estaba allí con un cúter lista para rajarle el cuello a Joseph Röhm, el hombre que jugó con nosotros.
Ya sabes mis cargos, así que sabes que no salió bien. Tenía más fuerza que yo.
Hay una última cosa.
Antes de dar la voz de alarma y entregarme a las autoridades…”
Chasqueó la lengua, incómoda.
“Me violó.
Dolió, lloré.
Quiero que sepas que lo que más me dolió fue el orgullo.”

El oficial de policía tragó saliva, impactado, horrorizado tras haberla escuchado. Solo había una pregunta certera, y casi tembló al realizarla. “¿…Y por qué no dijiste eso en el juicio, chiquilla?”

Xayah se encogió de hombros, la conversación terminó, pero ella tenía muy presentes sus motivos.
No quería que Joseph Röhm fuera a la cárcel. No quería que la ley le hiciese pagar por sus crímenes.
“Xayah.” Habló el hombre, antes de que otro policía se la llevara. Al día siguiente la trasladarían. “Si te traje aquí para hablar fue para decirte…”
“Que mi madre está muerta.”
Contestó Xayah. Había fallecido hacía horas.

La joven sería paciente, saldría de allí… y terminaría lo que había empezado.

Vivía para la venganza.

| OTROS

| LE GUSTA: La noche, el silencio, hablar sobre sus ansias de sanguinolenta venganza si es que coge confianza, los colores oscuros, el pescado, los animales por encima de las personas.
| NO LE GUSTA: Hacer amigos, las personas llenas de energía, las mañanas - odia madrugar, las sorpresas.
| MANÍAS: Entrecierra levemente los ojos cuando miente. Se muerde el labio siempre antes de meterse en una pelea.
| OTROS DATOS: Lleva regular el japonés, y siempre maldice en alemán. Sabe tocar la armónica. Tiene buen oído. Tiene un piercing en la nariz. Tiene 2 hermanos, uno mayor y otro menor.
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