—Azarov, Demian. {Exp}

Demian es un caos emocional. No puede evitarlo: ha sido así desde que tiene uso de memoria. Es impulsivo, emocional, sensible hasta puntos insospechados con la persona adecuada, y tan manipulador como fácilmente manipulable. Cuesta un mundo hacerle acatar órdenes con las que no esté de acuerdo, pues es alguien de personalidad fuerte e impertérrita, a la que sin embargo con un par de palabras de amor sinceras, tendrás comiéndole de la mano.

Demian es ante todo un gran jugador. Es competitivo y ambicioso, además de poseedor de un gran orgullo propio que roza el egocentrismo y narcisismo puro. Tiene una filosofía de vida hedonista por la cual nunca se sacrificará por otro pero por amor, oh, las cosas que haría por amor. Sin embargo, se puede comportar como un crío en innumerables situaciones; parece que le vienen y van momentos de lucidez. La situación en casa nunca fue fácil, quizá el origen de muchos trastornos que sufre, que le han llevado a ser lo que es.

Es una persona tóxica por esto mismo, que no es consciente de esto justo, y que además justifica sus acciones con una boquita dulce y unos ojos grandes que suplican clemencia cuando sabe que no tiene escapatoria. Toda su vida le ha funcionado, ¿por qué no ahora? No es una persona violenta: ¿podría saber defenderse contra otro humano, de su misma estatura o peso? Sí, por supuesto, pero nunca de personas más fuertes; por suerte su gran elocuencia y persuasión son sus mejores cartas, además de su ingenio e inteligencia. Podrá haber cometido mil y una estupideces por el hombre equivocado, pero nadie le puede llamar estúpido con sus ojos ávidos, su lengua de ácido y sus aires despectivos y de más alto estándar.

Todo esto le hace una persona encantadora aunque desquiciada por dentro. Nunca se sintió querido o deseado en su vida. No le bastó ser el hijo bastardo y nunca querido de su madre, la amante de turno de su padre, sino que además tenía que ser un jodido homosexual. Odia profundamente a la Iglesia Católica por haberle sometido a varios actos de humillación en "terapias de conversión", algo de lo cual sus padres estaban convencidos que le ayudaría para librarse del demonio que le habitaba. Esto le trastocó, además de los múltiples psicólogos que le hicieron creer que era menos que un humano, que nunca sería merecedor de amor, que nunca sería nada más que una pequeña putita de calle para hombres con el mismo trastorno que él, todos enfermos.  De ahí viene que cuando alguien se fija en él y ve más allá de la fachada y todos los muros de los que se ha protegido, caiga terriblemente por él y se enamore, dándole todo en el proceso. Es pura destrucción, porque Demian es leal. Y si le preguntas, él enamorado de ti, que cómo te puedes deshacer de un cadáver, él saca la pala y sin más cuestiones, está dispuesto a ayudarte en todo lo necesario.

Till death do us apart.

I.
Marie era una joven prometedora. Desde niña, todo el mundo se lo había dicho: le auguraban un futuro ideal, lleno de riquezas y fama. Todos saben que las bailarinas no lo tienen nada bien si eres común, pero Marie era material del gran teatro Bolshoi, ni más ni menos. Casualidad fue que en su mejor temporada allí, una vez lo tuvo todo por breves instantes, se dejase embaucar por el hombre equivocado, llevándola a cometer su gran error. Un cuerpo que espera el nacimiento de un pequeño y angelical bebé no sirve de nada en el escenario, no pinta nada. Él prometió protegerla, y bajo promesas vacías, se dejó someter y caer en sus brazos. Gran ignorancia la suya por nunca preguntar por el anillo que se quitaba cada vez que estaban juntos, pero que siempre veía que tenía a mano.

II.
Demian nació el día más frío del año, en febrero. Tenía la piel tan nívea y unos ojitos tan claros, que muchos pensaron que quizá Blancanieves era un nombre ideal para él. Desde siempre ha tenido ese tipo de belleza andrógina, esa delicadeza y andar y al mismo tiempo un fuerte temperamento que le distinguía de todos. Los primeros meses fueron calma, su padre al lado de su madre apoyándola, con besos y apoyo emocional, un buen piso, una buena situación económica... Pero conforme Demian crecía, las visitas se hacían menos frecuentes, él ya no ocultaba su anillo, y se hizo más que claro que Demian y su madre eran esa familia desgraciada a un lado de él. Demian mismo era la sorpresa que debían esconder.

De no haber sido por él, quizá Marie y él hubiesen tenido una oportunidad. Si Demian no hubiese existido, quizá todo habría sido distinto, quizá estarían casándose en ese instante, en vez de estar sola y desdichada con un niño de apariencia enfermiza, y ojos azules gélidos. Por tal corriente iban los pensamientos de Marie conforme Demian se hacía más y más grande, separándole del gran amor de su vida.

III.
Demian conoce a Vic en su onceavo cumpleaños. Realmente nadie sabe que es su cumpleaños, pero la compañía de otros niños del vecindario es más de lo que podría pedir. Marie apenas viene a casa, y las cosas se están poniendo difíciles. Desde que le gritó hace un par de meses que debería haberle matado cuando había tenido ocasión, no se siente muy cómodo en casa; la compañía de otros niños aunque no encaje es más que suficiente. Le tratan algo raro, pero Vic se queda siempre a su lado. Es fuerte, es más mayor que el resto, y es alguien a quien todos admiran. Demian con su corto vocabulario solo puede describirle como "el tío más guay que ha conocido jamás". Poco antes de medianoche, cuando es tarde y algunos se están emborrachando con litronas de cerveza, Vic le besa y le desea feliz cumpleaños.

Demian se enamora perdidamente.

Vic es mala compañía. Viene de un barrio peor que el suyo, y su situación familiar tampoco es la mejor. El padre de Vic es violento, y le deja marcas que hace que el corazón de Demian llore. Necesita dinero para irse de allí cuanto antes, y Demian inocente, le empieza a robar dinero a su madre para ayudarle en todo lo que pueda. Vic le besa de manera ocasional, pero sabe que también hay otras. Sin embargo no le importa, porque cuando están los dos solos, le agarra la mano de manera temblorosa y la propia sudada, lo cual le indica que se siente nervioso cerca de él. Le gusta. Y Demian le adora.

Vic desaparece a sus dieciséis años, tal y como prometió y Demian con sus catorce, nunca sabe nada más de él.

IV.
Marie muere por sobredosis a los quince años de Demian. Pasa a cargo de su padre, y en su familia se hace evidente que no es deseado. Demian es el más pequeño de la familia, y sus hermanos le llaman términos ofensivos, le empujan, y hacen sentir mal. A veces echa de menos a Marie. A veces a Vic.

 Encuentra los cuerpos masculinos más atractivos que los femeninos. Prefiere a sus hermanastros antes que a sus irritables novias. Se siente atrapado y desdichado, se siente culpable de preferirles de esa manera; de una que sabe que no es correcta. En una de las cenas le llaman "mariquita", y él se echa a llorar porque sabe que es verdad. Poco después empiezan las terapias de conversión con la Iglesia y el psicólogo. Sus hermanos le ven mucho menos, estudian más fuera, y cuando es hora, se van de casa. Demian se siente solo, culpable y asqueroso. Todos los días le repiten que nunca será amado, que en ese estilo de vida solo hay degenerados y gente enferma. No existe el éxito, y todos son miserables. Él también lo será (¿aún más?) si sigue así, si no cambia.

Demian conoce a Ajax cuando tiene dieciséis años.

Estar con él es emocionante. Su moto va muy rápido, y es mucho mayor que él. Demian deja de ir a clases porque le aburren y ya lo sabe todo; estudia por el día y se escapa cuando todo el vecindario duerme con él a clubes nocturnos, con sus carné falso. Ajax es jodidamente guapo. Atrae a todo el mundo, pero él solo tiene ojos para Demian, y se siente deseado y querido. Todo lo que le dice, Demian lo hace, porque así puede que le quiera un poco más. Pensar que Ajax le puede dejar hace que tenga ganas de morirse por la noche. Empieza a consumir drogas, y poco a poco van a más. Empiezan con pequeñas peleas callejeras, Demian animándole a un lado junto al resto de personas que les rodean, hasta que hay alguien en el suelo y sangrando. Finalmente se une, y se siente jodidamente vivo. Es adictivo. Es como volar, respirar por primera vez. Pierde su virginidad con él, y se prometen amor eterno.

V.
Demian y Ajax están dos años juntos. Ajax le pone los cuernos tres veces, y se acuesta con otras personas varias veces, pero "no significan nada". Cuando Demian hace lo mismo con su mejor amigo, Ajax le pega la paliza de su vida. Alega luego en lágrimas que eran efectos de las drogas, y vuelven a estar juntos. Esto ocurre un par de veces, pero siguen metidos de lleno en ello.

Demian ha dejado a su familia atrás. Ajax le convenció de que solo intentarían meterle mierda en la cabeza otra vez, que solo intentarían arruinarle. Sus hermanos parecen realmente preocupados cuando una vez van a recogerle porque es el cumple de su padre, pero les manda callar, y cuando Ajax se levanta a defenderle, se callan enseguida.

Demian ha estado en un par de problemas ya, pero nada se acerca siquiera a la verdadera catástrofe que se acerca, la noche que marca la entrada al reformatorio Watari a sus dieciocho años.

Están hasta arriba de drogas. Han mezclado, y no paran de reírse y besarse. Demian está enamorado, y Ajax está más posesivo que de costumbre. Él le pregunta que qué es lo que más desea en el mundo, y Demian, de broma, le dice que unas joyas de Cartier. Ajax le promete que se las conseguirá, y ambos excitados, deciden ir aunque sean las dos de la madrugada al escaparate a mirar. Conduce mal, y debería darle miedo, pero está enamorado. Es el hombre que más ha querido.

Y Ajax le ha prometido unas joyas. Le dice que se las conseguirá esa misma noche. No está premeditado. Se empiezan a gritar porque por algún motivo Demian se convence de que Ajax no le quiere comprar las joyas porque se ha vuelto a acostar con Clara y se las va a dar a ella. Él le promete que no es así, y que le quiere, aunque sea verdad. Las joyas de Cartier son solo para él. Demian llora, se pone histérico porque está convencido de que no le quiere, y Ajax para demostrarlo estampa el coche contra el escaparate de Cartier. Le viste de joyas aunque empiecen a sonar las alarmas, y Demian se deja. Aunque los efectos no duren toda la noche, siguen llenos de adrenalina en el sistema, por lo que cuando la policía los detiene no hay mucho más que explicar más que lo obvio.

Hasta que Ajax le vende. Si le ponen una falta más a Ajax, entrará en prisión, y la familia de Demian tiene los suficientes recursos como para acordar con el juez la entrada a un reformatorio con mano dura, que es exactamente lo que creen que necesita. Este es Watari, y si bien se encuentra lejos de casa en Gran Bretaña, quizá le haga bien desarraigarse por completo de allí. La traición es aún reciente, y aunque entiende el que Ajax hiciese lo que hizo, no se lo perdonará. Una vez más vuelve a estar solo.

Demian tiene una belleza algo andrógina. Su tez es blanquísima, y es fácil verle sus venas azules a través de su piel o los golpes; se le marcan como un melocotón. Sus labios en comparación resaltan mucho, casi naturalmente rojizos aunque se ve un leve tono rosado si estás muy cerca.

Si bien uno esperaría que su piel fuese impoluta, tiene varias pecas por sus hombros, y un par de marcas por sus rodillas, heridas de cuando era niño que nunca sanaron bien (nunca tuvo a nadie que lo hiciese por él). La marca de la lágrima al ser compañero de raza se encuentra en la zona exterior de uno de su muslo izquierdo.

Su pelo tiene un color rubio platino a causa de tintes; sin este es un de un color parecido al de la arena, ligeramente más castaño; es increíblemente sedoso, y es posiblemente de lo que más orgulloso esté. Sus pestañas son más largas de lo que se esperaría en un hombre; les da más volumen e intensidad con el maquillaje que en ocasiones usa, pues disfruta pintándose. Da rienda suelta a la creatividad que nunca le dejaron explotar.

Sus ojos son azules gélidos, heredados de su madre. Le dan una mirada feroz y apabullante, más cuando es la primera vez que te cruzas con él. Rara vez se muestran dulces, aunque se les puede ver divertidos más de lo que le gustaría admitir; tiene un humor algo retorcido y disfruta de la desgracia ajena.

Gustos:
-Las joyas, desde que tiene uso de razón. Las cosas brillantes le atraen sin remedio alguno.
-El chocolate belga, le vuelve loco. El chocolate en general, pero los de marcas caras no puede evitarlo.
-Ganar disputas, demostrar que tiene la razón. Es una fiera en las discusiones orales, y posee un gran carisma que lo sabe respaldar.
-El sexo, por supuesto. En una relación seria, sin embargo. Nunca ha tenido líos casuales.
-Los cigarrillos de cereza. El resto si bien los soporta, no le hacen mucha gracia.
-Por lo general los sabores amargos o como mucho agridulces. El café siempre solo y negro.
-La literatura inglesa. Si bien los universales le gustan, nunca ha tenido el tiempo, aunque sí la capacidad.
-El fuego. Siempre ha tenido una fascinación extraña con este, que le ha llevado incluso a al pirotecnia.

Disgustos:
-Que le toquen el pelo. Nunca jamás.
-Su propio nombre le molesta en ocasiones. Prefiere "Dem".
-Odia con toda su alma perder. Es un mal perdedor.
-Los flirteos baratos o pick-up lines de bares. No funcionan con él.
-Que jueguen con él. Si muestra interés en una persona, le gusta que sea recíproco, no que haya varios. No lo perdonará.
-La ordinariez. No le gusta la gente que pertenece a estos grupos, y no soporta que le metan en la misma bolsa.
-Los sabihondos. ¿Qué necesidad hay de presumir?
-El insomnio que padece desde que tiene quince años. Muchos alegarían que es debido a la muerte de su madre a esa misma edad.
-El verano. No soporta las temperaturas altas; odia sudar.

Manías:
-Frotarse el pulgar y el dedo índice cuando piensa.
-Comerse las uñas. Desarrolló este hábito en Watari, dado que no había nadie que le pegase un manotazo al hacerlo, como en casa.
-Se pasa la mano por el pelo, la zona del flequillo, cuando ve a alguien agradable a la vista. Totalmente inconsciente.
-Cuando está mucho tiempo sin hacer algo sentado, sus dedos tienden a moverse como si tocase el piano. De niño lo hacía considerablemente bien, y cuenta con unos dedos de pianista gráciles y bonitos, delgados.
-En su peor periodo de abstinencia tendía a hacerse daño por la zona del cuello cuando se ponía nervioso: clava sus uñas en la zona de su cuello, y rasga la piel hasta dejar marcas rojizas. Muy peligroso especialmente si no estaban cortas.
-Muchas veces sin darse cuenta tiende a buscar en su cuello el colgante que Ajax le regaló. Apretarlo en su mano le da una falsa sensación de seguridad.

Otros datos:
-El caso de pirotecnia se dio cuando estaba borracho, y si bien se consiguió acallar en la prensa, fue un incendio considerable. Aún se desconoce el verdadero origen, pues Demian no poseía ningún artefacto el cual pudiese causar semejante quema, y la única cerilla que se encontró cerca la descartaron casi de inmediato.
-Estuvo medio año recuperándose de sus adicciones y si bien ahora está en un punto estable, no sabría decir que no ante el ofrecimiento de estas; no aprende la lección. Se desquicia en ocasiones, tiene sus puntos altos y bajos. Le hacen inestable.
-En ocasiones se le abre la muñeca dado a los cursos y clases intensivas que tomó de niño de piano. Le produce fuertes dolores a la hora de escribir o coger cosas.

Pertenencias:
-El collar de Cartier que Ajax le consiguió. Oro rosa de dieciocho quilates. IMG
-Una barra de labios en forma de bala. Casi gastado, dado el tiempo que ha pasado desde que entró.

Tiempo de Permanencia: 2 años.

Estancia en el reformatorio: 1 año.